martes, 29 de octubre de 2013
martes, 3 de septiembre de 2013
Adolfo Fuentes: Reseña del Seminario Hombres y mujeres en análisis.

- Adolfo J Fuentes M in En Español
- 5 min read
Reseña del VII SEMINARIO INTERNACIONAL
Hombres y Mujeres en analisis
Invitada Graciela Brodsky
Nos encontramos en el Hotel Director en Vitacura, Santiago de Chile, con la invitación del CEIP, la cita era a las 9:30 a la que llegamos para ser tentados cual colegiala en confitería nueva,con la infinidad de libros postrados tentadoramente sobre un mesón a la entrada del salón (antesala perfecta), al cual entramos solo luego de golosear un rato, para retomar la conversación que Graciela Brodsky había empezado la noche anterior en su Conferencia Publica titulada “MATRIMONIOS… Y ALGO MÁS”

Hombres, Mujeres, Parejas, así continuo la conversacion para luego introducir La Pareja Analítica “Ahí… es donde se juega el amor, el odio, la agresión, las palabras, el silencio…” Nos dice bellamente antes de recordarnos que: “El psicoanálisis es un autismo de a dos,“Si no hay relación entre R, S ,I… Entonces el psicoanálisis es una estafa”. Todas elaboraciones de Lacan respecto del Psicoanálisis.
Retoma la idea, la “verdad analitica” el infinitamente repetido No Hay Relacion Sexual, pero amplía la formula, “La ciencia toca lo real, que lindo sería(Segun Lacan) que el psicoanálisis se pareciera a la ciencia”. Nos recuerda que él ponía del lado del fulgor, las formaciones del icc. Entonces si “El mismo icc es una hipótesis, sin materialidad”, el síntoma pasaría a ser lo más real que tiene el psicoanálisis.
Momentos de la enseñanza de Lacan
Graciela nos trae la pregunta “¿La interpretación toca algo de ese Real?” Si y no son las respuestas, si lo toca, lo hace a nivel de formación del icc, nos dice, pero no lo toca como Real de la repetición.
Introduce el momento de la enseñanza en la cual cierta“reductibilidad” del síntoma a S1 en relacion con $ se desarrollaba teoricamente extraido de la practica del psicoanalisis, y ella nos entrega sentido con esa idea, solo para luego dividirnos, ubicandonos en posición de analisantes, (por lo tanto, ella en posicion de analista) y vamos con ella de la primera a la ultima enseñanza de Lacan, llamemosla Clínica Borromea,llevándonos entonces del Sintoma al Sinthome.

Nos dice “…es Freud quien plantea el resto sintomatico…”
Y continúa con que “eso que hay después de haber pasado por el dispositivo (analítico), tiene estatuto de resto sinthomático”. Eso que se elabora con el pase.Ahí, ya no hay relación.
Parejas Analíticas
Primera Pareja (Un análisis donde el analisante se identifica al analista.)

Dimensión donde el analista representa al ideal del yo del analisante.
Segunda Pareja (La Falta a nivel de lo Simbólico)

El analisante busca en el analista el objeto que cause su deseo. (Ir a Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis) .
Tercera Pareja (La Falta a Nivel de lo Real)

El sujeto tachado $, adviene como propia defensa del sujeto.
El Sujeto y sus Patenaires
El sujeto hace pareja a la vez con un S1 y con su a
$ — > S1
$ — > a
Aparece un cambio en la Teoría, resultado de la tension entre Sujeto y Viviente (Remitirse al Seminario 11, Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis). Nos comenta Graciela que de la suma de sujeto más viviente aparece la idea del parlêtre. Nos dice que “el goce pertenece al cuerpo viviente… el cuerpo que habla… pero el goce entonces, no esta perdido, esta trastocado, anómalo, desnaturalizado. Pero no esta perdido” .
Guías

Para terminar, nos deja unas cuantas directrices o en sus terminos “unas cuantas guías para que continúen pensando la cuestión”
Podrían resumirse así:
1. El analista trauma. (El partener analítico del parlêtre se puede explorar por ahí). 2. El analista sinthome (teoría de los nudos). 3. La Interpretación que conviene al analisante (como parletre sexuado). 4. ¿De que manera se juega los síntomas para hombre y mujeres? 5. Un hombre para una mujer es un estrago una mujer para un hombre es un síntoma.

Adolfo J Fuentes M
Ignorantemente Lacaniano. Guitarrista de órgano (de corazón, oído y dedos). Psicólogo. Suertudo de ocasión. Seguidor de mi deseo, hasta donde me lleve.
sábado, 24 de agosto de 2013
Entrevista a Eric Laurent. por Araceli Fuentes
Copyright 1996 © Papeles del Psicólogo
ISSN 0214 - 7823
ISSN 0214 - 7823
ENTREVISTA A ERIC LAURENT
Araceli Fuentes
Eric Laurent, es Psicólogo, Psicoanalista y actualmente preside la Escuela Europea de Psicoanálisis.
La entrevista ha sido realizada por Araceli Fuentes, Psicóloga, Psicoanalista, Miembro de la Escuela Europea de Psicoanálisis.
Fundada el 21 de Septiembre de 1990, la Escuela Europea de Psicoanálisis se inscribe en el movimiento de reconquista del campo freudiano lanzado por Jacques Lacan el 21 de junio de 1964, que motivó la creación sucesiva de la Ècole freudienne de Paris (1964-1980 ), de la Fundación del Campo Freudiano ( 1979 ) y de la Ècole de la Cause freudienne ( 1981 ).
La Escuela tiene como objeto el psicoanálisis y como fin restaurar su verdad, transmitir su saber, ofrecerlo al control y al debate científico, y fundar en razón la calificación del psicoanalista. Dispensa una formación, garantiza la relación del psicoanalista con ésta y se propone ponerla en cuestión.
Sus publicaciones son: Correo y la revista Pliegos.
Araceli Fuentes. En el artículo titulado "L´efficacité de la psychanalyse" publicado en la revista Actes de L`École de la Cause freudienne, volume XV, usted escribe: "...la eficacia pertenece por entero a la cuestión de la técnica, en el sentido que Heidegger le da a este término. Si el psicoanálisis tiene que ver con el sujeto en tanto que sufre, es perfectamente legítimo desde el punto de vista de la técnica, pedirle que de cuenta de su eficacia sobre el sufrimiento". ¿De qué modo se puede evaluar la eficacia del psicoanálisis?.
Eric Laurent. La eficacia del psicoanálisis se evalúa de muchas maneras. En el mundo anglosajón con su afán por la atmósfera técnica, se miden las transformaciones sintomáticas a partir de varias muestras de pacientes de consultas clínicas u hospitalarias, seleccionadas con mayor o menor lujo estadístico según la financiación, tratados con psicoterapias de inspiración analítica. Este tipo de verificación se impuso a partir de las críticas de Eysenck, en los años cincuenta. Hay que subrayar que este tipo de inclusión en una muestra constituye ya de antemano una segregación: las condiciones normales de un psicoanálisis implican que el que viene a solicitar un análisis no se considere reductible a una sintomatología de orden médico. Además, los psicoanalistas que participaron en este tipo de tratamiento, fueron en general analistas en formación.
La Menninger Foundation, con una subvención del NIHM ( National Institute of Mental Health ) realizó a partir del 54 el estudio más detallado que existe en este estilo, siguiendo a 42 personas durante treinta años, y toda una serie de psicoanalistas destacados, desde O.Kenrnberg a R.S.Wallerstein, publicaron sobre el asunto. Todos estos estudios permitían averiguar la eficacia del psicoanálisis según una larga categoría de indicaciones sintomáticas. El problema se desplazó al intento de definición de las condiciones del proceso terapéutico, más allá de la sintomatología. El Penn Psychotherapy Project, en los EEUU con Luborsky se concentró en la definición de una variable individual, más allá de lo universal del síntoma. En Inglaterra, D.Malan, de la Tavistock Clinic, trató de elucidar las diferencias en la eficacia de terapias breves o largas, y en qué casos unos pacientes se pueden beneficiar de lo breve y otros no. En Alemania, Kächele trata de definir un modo de evaluar el cambio psíquico a partir de transcripciones de entrevistas. En Francia, el interés por las investigaciones clínicas "planificadas" en psicoterapia, moviliza también al INSERM que publicó un largo estudio sobre el asunto en al año 92.
La orientación Lacaniana en el asunto va al revés de estos caminos. Se trata de evaluar los resultados obtenidos en el análisis, no por una selección hecha desde una perspectiva sintomática, sino de aquellos que quieren dedicarse al psicoanálisis. No se les evalúa a través de respuestas a un cuestionario rígido, sino que es el sujeto mismo el que evalúa su propio análisis, lo que ha aprendido de éste, testimoniando así de lo didáctico que fue su análisis delante de una comisión heterogénea, compuesta de analistas experimentados y otros en formación. No se busca la cuantificación, sino la seriación y la gradación de los efectos. Este dispositivo de evaluación del psicoanálisis se llama el pase (abreviación de "el pase a analista"). Este dispositivo está funcionando en todas las Escuelas de psicoanálisis de orientación Lacaniana reconocidas por la AMP (Asociación Mundial de Psicoanálisis ). Los resultados son publicados cada dos años.
A.F. Jacques Lacan, en su artículo de 1955 "Variantes de la cura tipo", sitúa la especificidad del psicoanálisis respecto a otras terapéuticas, en relación a un rigor ético, fuera del cual toda cura, incluso atiborrada de conocimientos psicoanalíticos, sólo sería psicoterapia. ¿En qué consiste el rigor ético que hace a la cura psicoanalítica diferente de la psicoterapia y de cualquier otra terapéutica?.
E.L. Las terapeúticas en general no se preocupan del lugar que ocupan en la civilización. Consideran la eficacia que tienen y verifican que los que las aplican respeten un código deontológico más o menos adecuado a la deontología médica. En el corazón del psicoanálisis hay, al contrario, una relación con el malestar en la cultura y una teoría de la civilización. El psicoanálisis no se limita a una perspectiva técnica y piensa sus efectos al más profundo nivel, teniendo en cuenta lo que se desplaza en los discursos establecidos sobre el lugar de lo sexual . En esta perspectiva, Lacan recordó que, por limitarse a una voluntad técnica, la intervención psicoterapeútica conduce a lo peor.
A.F. A diferencia de la medicina o de la psicología, no existe un título de psicoanalista que se pueda obtener a través de la enseñanza universitaria. Desde Freud, para la formación del psicoanalista es indispensable que se haya atravesado la experiencia de un análisis; sin embargo no basta haberlo hecho para tener garantías de que el resultado ha sido la producción de un psicoanalista. ¿Qué aporta la invención de Jacques Lacan del procedimiento del "pase" como garantía para la formación del psicoanalista?.
E.L. En cada país se instaló el psicoanálisis vinculándose y derivando de las homologaciones sociales relativas al deseo de curar. Freud se mostró dispuesto a negociar con los poderes públicos la homologación del título de psicoanalista, a condición de no sacrificar la particularidad de su discurso, inabsorbible en el universal de la Universidad. Para enseñar el psicoanálisis propone en un texto del año 26 analizar uno por uno a los universitarios de varias disciplinas interesados por el psicoanálisis. En esta perspectiva, lo esencial es el psicoanálisis de uno, introducción a la particularidad de las formaciones del inconsciente. El pase, tal como lo he presentado en respuesta a la primera pregunta, verifica lo esencial de la introducción de uno al psicoanálisis, es decir, la realización del análisis propio. Pero esto no es todo en la formación del analista. Es exigible del analista que pueda responder de preguntas del orden del psicoanálisis puro, es decir, el final del psicoanálisis, la necesidad de las supervisiones, la adaptación de la cura al caso, etc. Hay también, sea médico o no, que tener una formación en el psicoanálisis aplicado a la clínica, conocer las indicaciones del psicoanálisis, sus límites, formarse en la disciplina de la entrevista clínica, estar orientado en el diagnóstico y la clínica contemporánea para definir un proyecto terapéutico. Debe poder también responder de la ética del acto analítico, de su lugar en las acciones e instituciones humanas. Debe existir un equilibrio en la formación entre psicoanálisis puro, el psicoanálisis aplicado y el lugar del acto analítico. Si no, hay una pérdida de orientación en las diferentes tareas de la acción analítica en el campo abierto por Freud. Formarse implica familiarizarse con el proyecto Freudiano reformulado por Lacan hasta poder hacerse responsable de él y participar en la obra común. Para verificar estas dimensiones, la Universidad no alcanza. Hay necesidad de una institución ad hoc, la Escuela de Psicoanálisis. Es el instrumento que Freud inventó, pero que dejó tributario de un ideal burocrático que produjo un cortocircuito. A la pregunta ¿qué es un analista? se respondía: el que está homologado por la Asociación Internacional Psicoanalítica (IPA), y después se perdía el rumbo buscando criterios imposibles. Lacan propuso la Escuela de Psicoanálisis definida a partir de una verificación realista. A la pregunta: qué es un psicoanalista? Lacan responde: el producto de un análisis llevado hasta el fin. ¿Quién puede saberlo?: los que quieren hacerse responsables de esta pregunta, los analistas formados y los que están en formación, disputando de manera racional a partir de hechos que se pueden constatar. El "pase" no apunta a definir criterios, apunta, más allá de cualquier criterio a la certidumbre que pueden tener unos analistas de que tienen enfrente a un analista, y después debatir de ésto. El "pase" no lleva consigo ninguna otra garantía que el debate democrático y racional instalado a partir de una experiencia común. Nada más, nada menos.
jueves, 15 de agosto de 2013
sábado, 10 de agosto de 2013
Discapacidad, ¿Quien habita ese cuerpo?
Discapacidad, ¿Quién habita
ese cuerpo?
Paulina Salinas Olivares
CEIP
Este trabajo surge
tras la participación en el Cartel organizado por CEIP de Santiago de Chile,
con Rosa Lagos y Silvia Macri como coordinadoras, preparando la participación
en el IV Encuentro Americano del Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana ,
La Clínica Analítica
Hoy: el síntoma y lazo social.
Bajo el título “Discapacidad, ¿Quién habita
ese cuerpo?, se abre la reflexión sobre la función del psicoanalista en las
Instituciones Interdisciplinarias. Se desarrolla la idea de que el campo de
acción de un psicoanalista es sobre un sujeto de deseo particular, y sobre un
cuerpo de lo que se goza, y que ha sido marcado por el lenguaje, a diferencia
del cuerpo físicamente enfermo, con el que trabaja el saber médico. Por lo que
este trabajo se inserta en la mesa redonda del Encuentro: “Modalidades
Institucionales de Recepción de los Síntomas” dirigida por Irene Kuperwajs.
Palabras Claves: Institución-Psicoanálisis-Cuerpo-Discapacidad-Escucha
Hoy por hoy nos encontramos
insertos en una sociedad que a cada segundo se encuentra produciendo distintos
tipos de saberes, de los cuales el saber tecno-científico lleva las de ganar.
Desde la neurobiología, se ha encontrado el asiento de la moral, la
racionalidad, la memoria (lugar que albergaría Lo Traumático), entre otras, y
por lo tanto se piensa que cualquier problema conductual, puede ser abordado
desde el saber médico, ya que son ellos los que pueden administrar hormonas,
neurotransmisores, o incluso manejar la genética. Que mejor ejemplo que el de la Oxitocina considerada
hoy como la hormona de la generosidad, vinculada a diferentes momentos, como el
enamoramiento, el orgasmo, el amor maternal, y claro, la confianza. Bajo este
contexto, es posible ver que a nivel del cuerpo, y sus circuitos neuronales, el
psiquismo se esfumó.
Más cerca de
la experiencia psicoanalítica, hablamos de acontecimientos del cuerpo en tanto
el significante es causa de goce. Hablar de cuerpo como aquello de lo que se
goza, y de un inconsciente que cifra goce, es hablar del ser hablante y de las
marcas de goce que el lenguaje produce. Por lo tanto, nuestro objeto de
estudio, no es la alteración a nivel neuronal, sino un sujeto de deseo, bañado
por los significantes que para bien o para mal, lo han constituido.
Ahora, lo que es indiscutible es que
el psicoanalista no trabaja solo, ni aislado de la sociedad, y el ejercicio
crítico de la interdisciplina conlleva una especial dificultad debido a que
siempre nos encontramos con algún punto de imposibilidad al intentar sostener
la práctica, sobre todo cuando nos encontramos frente a discursos heterogéneos.
Es por eso que deben saldarse las diferencias y reconocer el verdadero valor de
nuestros conceptos. En relación al psicoanálisis, implica poner a trabajar su
propio límite para así producir un discurso, que tenga consecuencias tanto para
fuera del
psicoanálisis
como hacia adentro. Surge la pregunta, ¿Qué posibilidad tiene el psicoanálisis
en las instituciones médicas estatales?
En una institución médica nos
encontramos en territorio base del saber tecno-científico, y el psicoanálisis
puede hacer su aparición y sostenimiento, por medio de la escucha del discurso
del paciente, inserto en una institución de salud. En donde se pueda pesquisar
y rescatar lo singular del sujeto dentro de su estructura. Haciendo así la
diferencia con el saber médico, gracias a la posibilidad de realizar una guía
de la escucha y no de la mirada. Las instituciones tienden a tapar la falta,
bajo la idea de “hacer el bien”. A diferencia del psicoanálisis que se
constituye aceptando lo real de la falta. El aporte que puede proponer el
psicoanálisis al campo interdisciplinar, en este caso médico, es el de otra
lectura del dolor, una lectura del padecer de un sujeto inmerso en un cuerpo
enfermo.
En lo personal, parte de mi formación se ha visto tocada
por el entrecruzamiento entre el saber médico, y el psicoanalítico, debido a
que trabajo en el Instituto Nacional de Rehabilitación Pedro Aguirre Cerda,
ubicado en Santiago de Chile. En donde constantemente es posible observar la
dificultad para sostener la práctica, cuando se trabaja con niños con serios
problemas neuromotores, en el contexto médico. Y es en este punto que quisiera
retomar la pregunta planteada anteriormente, y agregar, ¿Qué posibilidades
existen para trabajar con niños con serios déficits neuromotores, desde el
psicoanálisis? Partamos por aceptar que el abordaje analítico con estos
pacientes no es tarea sencilla, muy por el contrario. Creo que la posibilidad
de ir delimitando cuales son las dificultades, como por ejemplo,
post-operatorios interminables, heridas que no cierran, inyecciones de botox,
retrocesos físicos a causa de crisis epilépticas, en fin; son una serie de
factores, que se van sumando al padecer de un sujeto, con un cuerpo físicamente
enfermo. Lo anterior apunta a que finalmente podamos marcar que nuestro campo
de acción, es sobre un sujeto de deseo particular, y no sobre un cuerpo
físicamente discapacitado. Es ahí, cuando podemos decir que en última instancia,
no difiere de un tratamiento psicoanalítico como se haría con cualquier niño,
porque de lo que se trata es de la escucha analítica de su discurso.
Para proseguir con la idea de la
función de un psicoanalista, en el contexto interdisciplinar, quisiera hacer
una detención en torno a la palabra discapacidad. La palabra discapacidad no
aparece en el diccionario, ha surgido en los últimos años para dar cuenta de
aquello que está por fuera de lo esperado. Sin embargo, lo que sí aparece es la
proposición inseparable “dis”: que indica negación, contrariedad, separación.
Esta falta de conceptualización de la palabra discapacidad, pudiese reflejar el
anhelo de la sociedad, de algo así como una unidad espacial y temporal, sin
fracturas. La existencia de la discapacidad quiebra la idea mítica de completud
o perfección narcisista. Y aquí retomo,
para el psicoanálisis cada uno es tomado como sujeto diferente en su
singularidad, más allá de la clasificación en el que haya sido incluido por el
Otro, sea ésta una discapacidad o cualquier categoría diagnóstica. Si caemos en
diferenciar la escucha de la discapacidad caemos en tomar a ese niño como un
objeto de estudio, lo que va en desmedro del la escucha del padecimiento como
sujeto particular.
Un niño con dificultades a nivel de su cuerpo, está en
permanente riesgo de que su cuerpo sea tomado constantemente como objeto de
especial cuidado, de estudio, o de educación. Desde el psicoanálisis, sabemos
que en un comienzo todo ser hablante se constituye primariamente como objeto de
los cuidados del Otro. Pero al mismo tiempo, estamos advertidos que cristalizar
dicha posición conduce al riesgo de forcluir al sujeto.
Por lo tanto, es posible plantear
que nosotros como psicoanalistas, sí podemos trabajar con el cuerpo. Sin embargo,
será un cuerpo, como aquello de lo que se goza, y un cuerpo que ha sido marcado
por el lenguaje, y no por el daño neuronal que posea.
Tras
el Encuentro…
La participación en la mesa
simultánea del Encuentro Americano, “Modalidades Institucionales de Recepción
de los Síntomas”, abrió la reflexión sobre una serie de aspectos planteados por
los diferentes trabajos presentados. Reflexiones que sólo comienzan a tomar
forma a posteriori. Porque es sólo tras el encuentro diario con la Institución Médica ,
con los niños en un cuerpo físicamente enfermo, y con una maduración de las
temáticas abordadas tras el Encuentro Americano, es que se abre la posibilidad
de ahondar en las reflexiones planteadas en dicha mesa.
Es Irene Kuperwajs, coordinadora de la mesa, quien abre la
pregunta sobre de qué se trata una escucha diferente, a qué se alude cuando se
habla del eje de la escucha y no de la mirada, tal como es abordado a lo largo
del trabajo.
Tras el Encuentro, tomando algunas palabras de Romildo Do
Rêgo Barros quien en las Plenarias desarrolla “Síntoma, Grupo y Escuela: Time is Money”, desarrolla la pregunta
en torno a ¿Cómo hacer escuchar el síntoma en La Institución?. Esta pregunta
alude directamente a la función de un psicoanalista en La Institución , “Escuchar”
y “Hacer Escuchar”. Y es desde aquí que quisiera retomar la idea planteada
anteriormente en torno a nuestro campo de acción dentro de las Instituciones,
en este caso médica.
El ofrecimiento de una escucha diferente en esta
Institución se encuentra animado por el deseo de hacerse destinatario de la
palabra de aquellos sujetos marcados por los efectos devastadores de un
encuentro con lo real. Pacientes con dificultades para movilizarse, y necesitar
del otro para poder llegar a la hora planeada, pacientes con dificultades en su
hablar, hacen buscar los medios para que puedan hacer valer su “voz”, su
discurso, tanto en el encuentro con el analista como con el resto del equipo,
que muchas veces prefieren hacer oídos sordos frente a las dificultades.
Lo anterior hace que cada día haya que “saber escuchar” a
sujetos que a pesar de tener un cuerpo físicamente enfermos continúan siendo
sujetos de deseo, sujetos que demandan una ayuda, por medio de una escucha
diferente. Sujetos en donde es posible desprender que el estatuto de lo
traumático no está dado por la dimensión fenoménica de un acontecimiento, sino
por la cualidad que adquirirá al impactar, de forma sorpresiva e inesperada en
una subjetividad singular.
La escucha diferente se encuentra dada por el marco del
Psicoanálisis, en donde a diferencia del contexto médico que entrega fármacos
como una manera urgente de enfrentar el malestar, lo que se ofrece al sujeto
con su padecer es la apertura a un espacio que posibilite el despliegue de la
cadena significante, que abra un tiempo no tocado por la prisa, que permita la
emergencia del sujeto dividido, que permita la interrogación por sus síntomas,
que permita visualizar el camino para la rectificación subjetiva, para que así
pueda comenzar a constatar que si bien el pasado condiciona, dependerá de él
impedir que se convierta en condena.
Frente a un equipo médico que
constantemente se encuentra tratando de universalizar los tratamientos para las
patologías con las que se encuentra, como por ejemplo por medio de manuales que
explican cada aspecto que debiese pasarle a un sujeto con Traumatismo Encéfalo
Craneano a lo largo de su rehabilitación (TEC), la apuesta que se hace es la de
defensor de la particularidad de cada sujeto, tratando de recordarle al equipo
médico que cada uno en su goce es un ser único e irrepetible y por ende
resistente a cualquier universalización.
Este es uno de los aspectos más complejos a abordar en el
día a día del trabajo dentro de una Institución Médica, en donde aparece un
equipo con una multiplicidad de demandas de ayuda, en donde solicitan “corregir
el aspecto comportamental” de tal o cual niño, porque es culpa de su
comportamiento que ellos como equipo no pueden avanzar en el tratamiento de
rehabilitación. Y es aquí que retomo las
palabras de Romildo Do Rêgo Barros, porque surge un trabajo paralelo al de la
“Escucha” en la clínica y es el de “Hacer Escuchar”. El detalle de las palabras
para las intervenciones con el equipo, así como la presentación de un sujeto
niño que padece en un cuerpo físicamente enfermo, ayudan al derribamiento de
las resistencias y de la mirada parcializada sobre un cuerpo, en la medida que
se “Hace Escuchar” al síntoma de ese sujeto particular en La Institución.
Para finalizar quisiera mencionar uno
de los aspectos finales de la discusión dentro de la mesa redonda, la Formación del Analista.
Ya que para poder sostener lo anterior se hace indispensable el no ceder en el
deseo de formación en los principios del psicoanálisis, ya que será gracias al
análisis personal y al apoyo de Grupo de Formación, lo que permitirá el
sostenimiento de una práctica con una multiplicidad de factores. Niños con un
cuerpo físicamente enfermo, muchas veces con dolores impensados, o padres
devastados frente al encuentro con hijos gravemente dañados por una
contingencia, muestran que no hay palabras que logren reducir el encuentro con
lo Real.
jueves, 8 de agosto de 2013
ASOCIACIÓN CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIÓN EN PSICOANÁLISIS LACANIANO
SANTIAGO DE CHILE
POSTÍTULO
CLÍNICA E INTERVENCIONES PSICOANALÍTICAS: DE FREUD A LACAN
2014 / 2015
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