Del Prólogo de José Ioskyn 
El par  inconsciente-interpretación se anuda desde el inicio mismo de la  aventura freudiana, con su libro princeps La interpretación de los  sueños, donde el sueño se articula con su Bedeutung para encontrar la  forma que hace operativa la acción analítica. Que el deseo sea su  interpretación, y que el inconsciente sea el intérprete, son las balizas  que Lacan y Jacques-Alain Miller han propuesto para ajustar aún más el  nudo que une a la dupla entre inconsciente e interpretación con el acto  del analista, ya sea para acompañar a la apertura del inconsciente, o  para colocar a la cura en relación al goce que destraba el camino hacia  el sinthome.
Este libro hace uso, en el sentido más pragmático  del término, de la bibliografía acerca de la interpretación, acercando  las definiciones a la práctica, haciéndolas maniobrables, herramientas  del artesano que se convierte en analista por efecto de su palabra, y no  al revés. Lo mismo cabe decir del analizante, que se transforma en  operador en tanto consiente a ser hablado y a anularse como ejecutante  de su discurso.
Jorge Chamorro nos muestra, a lo largo de su  seminario, que para que la palabra en su expresión llana alcance el  estatus de significante, para que la asociación libre despliegue su  máximo efecto, para que el significante a su vez decante en la letra que  se escribe en la juntura entre simbólico y real, debe efectuarse todo  ello en una praxis que el analista lleva adelante con su ser, ya juegue  de Otro o de objeto, según los tiempos del recorrido de un análisis.

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